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La crisis climática llega a los glaciares de la Patagonia chilena

Con 23.000 kilómetros cuadrados, el territorio chileno posee la mayor superficie de glaciares de Suramérica. El 63 % de estos se encuentran en la Patagonia, en una zona conocida como Campos de Hielo y considerada la tercera masa glaciar más extensa del mundo tras Antártida y Groenlandia. Pero la salud de los glaciares se está resintiendo y «la mayoría han presentado un retroceso acelerado en sus dimensiones», afirmó Jorge O’Kuinghttons, glaciólogo de la UGN.

Por María M.Mur

El inexorable avance del calentamiento global ha llegado a una de las zonas más prístinas del planeta: la Patagonia chilena, cuyos glaciares batallan sin suerte contra el deshielo.

En la remota región de Aysén, a 2.000 kilómetros al sur de la capital, Manuel Berrocal lleva 15 años guiando a turistas por el glaciar Exploradores, en el monte San Valentín, el más alto de la Patagonia.

Hace años, la inconmensurable masa de hielo se veía a la media hora de entrar al Parque Nacional Laguna San Rafael. Hoy hace falta caminar por morrenas tres horas para avistar el hielo limpio.

«Ha sido un retroceso lento pero ininterrumpido. No te das cuenta hasta que un día ves que la lengua del glaciar está mucho más lejos», aseguró Berrocal, director Turismo Baguales. Según la Unidad de Glaciología y Nieves (UGN) de la Dirección General de Aguas de Chile (DGA), la altura del glaciar ha disminuido 80 metros desde 1944.

Alexandre Avendaño, capitán del Kawesqar, es también testigo directo de los estragos de la crisis climática. Desde su barco, ve cada día un nuevo témpano del glaciar San Rafael -el más conocido de la Patagonia- precipitándose al gélido mar.

«Ahora hay más conciencia, pero hace tres años los buques turísticos entraban en la bahía y tocaban insistentemente la bocina para provocar desprendimientos», lamentó Avendaño sobre un glaciar que ha mermado un 13 % en 146 años.

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Los termómetros más puros

Con 23.000 kilómetros cuadrados, Chile posee la mayor superficie de glaciares de Sudamérica. El 63 % de estos se encuentran en la Patagonia, en una zona conocida como Campos de Hielo y considerada la tercera masa glaciar más extensa del mundo tras Antártida y Groenlandia.

Pero la salud de los glaciares patagónicos se está resintiendo y «la mayoría han presentado un retroceso acelerado en sus dimensiones», afirmó Jorge O’Kuinghttons, glaciólogo de la UGN.

El Jorge Montt, en la zona sur de Campos de Hielo, es uno de los más afectados de Chile, con una disminución del 26 % en los últimos 38 años, mientras que el Pío XI es el único que ha crecido, con un 1 % de masa ganada en el mismo periodo, una anomalía a la que los expertos aún no le encuentran explicación.

A diferencia de otras zonas del mundo donde el carbono negro o el polvo industrial contribuyen al deshielo, el aumento global de las temperaturas es la única causa del retroceso en los glaciares del sur de Chile, según los expertos.

La Patagonia es una de las zonas más prístinas del mundo, donde la industria es inexistente y los núcleos urbanos muy reducidos.

Señal de esta pureza es la existencia en los glaciares de un pequeño insecto endémico y único, el llamado Dragón de la Patagonia, que no supera los 15 milímetros, es intolerante a la contaminación y genera un fluido a base de glicerol para no congelarse.

«Desde el punto de vista químico, estos glaciares representan el efecto más puro del cambio climático porque solo reflejan el calentamiento global y no otras fuentes de contaminación», aseguró O’Kuinghttons.

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Primeros migrantes climáticos

Lejos quedaron aquellos inviernos en que el termómetro marcaba hasta 15 grados bajo cero en Campos de Hielo. La temperatura promedio en los meses más fríos ronda hoy los 0,5 grados, mientras que en verano puede alcanzar 5.

«Tenemos casi todo el año temperaturas positivas en la zona de acumulación del San Rafael, lo que nos está diciendo que el glaciar está sufriendo mucho«, afirmó Alexis Segovia, glaciólogo de la UGN y profesor de la Universidad de Chile.

Aparte de la pureza, los glaciares patagónicos tienen otra particularidad: son extremadamente propensos a provocar descargas abruptas de agua acumulada en su interior, un evento que se conoce como GLOFS (glacial lake outburst floods, en inglés) y que pone en riesgo a las comunidades de los valles aledaños.

En los alrededores del glaciar Steffen, en el norte de Campos de Hielo, varios vecinos han tenido que mudarse por miedo a nuevas descargas, lo que les convierte en «los primeros migrantes climáticos» de la Patagonia chilena, señaló O’Kuinghttons.

Los expertos avisan de que el deshielo va a agravar además la sequía que vive Chile desde hace más de 13 años, pues estas vastas reservas de agua nutren las cuencas y son el principal seguro que poseen los ecosistemas y las comunidades humanas para su subsistencia cuando no haya lluvias.

«Los glaciares juegan también un rol fundamental para frenar el calentamiento porque devuelven mucha radiación a la atmósfera», indicó Segovia. Si estas superficies se siguen achicando, alertó, «la tierra se va a calentar más rápido».

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#PA. EFE.

26 de febrero del 2022.
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