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¿Es tiempo de dejar atrás los combustibles fósiles?

Un nuevo informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) concluye que el pico máximo de emisiones de gases de efecto invernadero se debe alcanzar antes de 2025 y ser seguido por una disminución drástica para mantenernos en el umbral crítico de 1,5°C. Reducir el uso de combustibles fósiles y detener los subsidios a estos carburantes son dos de las principales medidas para alcanzar el objetivo. Los autores señalan que estos cambios deben abarcar al transporte, la industria, la agricultura e, incluso, al estilo de vida y los patrones de consumo de la población.

Por Xilena Pinedo

El tiempo se agota: para evitar eventos extremos asociados a la crisis climática es necesario alcanzar el pico máximo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en tres años y, a partir de entonces, reducirlos de manera drástica por las siguientes tres décadas, de acuerdo al nuevo informe Mitigación del Cambio Climático, elaborado por Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Para ello, indican, será fundamental disminuir el uso del petróleo, utilizar procesos de producción menos contaminantes, transformar la electricidad a una de bajas emisiones y adoptar cambios en los patrones de consumo.

El informe, elaborado por el grupo intergubernamental que revisa la evidencia científica relacionada a la crisis climática desde hace tres décadas, advierte  —como anticipó un documento previo— que se está cerrando la ventana para implementar cambios que permitan limitar el aumento de la temperatura por debajo del umbral crítico de 1,5°C. “Es ahora o nunca, si queremos limitar el calentamiento global”, dijo Jim Skea, copresidente del grupo de trabajo III, a cargo de elaborar este informe.

Los autores señalan que estos cambios deben abarcar a diversos sectores, pues, en 2019, alrededor del 34% de emisiones previnieron del sector energía, el 24% de la industria, el 22% de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra; el 15% del transporte y el 6% de los edificios comerciales y residenciales. La conclusión es clara para Jim Skea: “Sin reducciones inmediatas y profundas de las emisiones en todos los sectores, será imposible”.

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UN PAÍS QUE DEPENDE POCO DE LOS FÓSILES SE DESPREOCUPA EN GRAN MEDIDA DEL PRECIO DE ESE FÓSIL EN EL MERCADO MUNDIAL”, DIJO ROQUE PEDACE.

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El nuevo reporte recoge todas las opciones basadas en la ciencia que los países pueden adoptar para reducir sus emisiones de GEI. Y, de esta manera, evitar eventos climáticos extremos, como olas de calor, tormentas, escasez de agua, inseguridad alimentaria y pérdida de biodiversidad. «Tenemos las herramientas y el conocimiento necesario para limitar el calentamiento», dijo Hoesung Lee, jefe del IPCC.

El documento, presentado el lunes 4 de abril, es el resultado de la revisión de más de 18.000 artículos científicos publicados desde 2015 y forma parte de las tres entregas previas al informe final del IPCC, que se presentará en setiembre de 2022. En conjunto, los tres reportes exploran los causantes del incremento de GEI en la atmósfera, los efectos de la crisis climática y las medidas de adaptación y mitigación que los países deben adoptar a corto, mediano y largo plazo.

Los reportes del IPCC son el resultado de la revisión de la literatura científica que se ha publicado hasta el momento sobre la crisis climática. Los principales hallazgos de estos documentos brindan información para que los tomadores de decisión (políticos, empresas privadas y ciudadanía) adopten cambios que ayuden a evitar el aumento de la temperatura media a nivel mundial.

Tanto si se busca limitar el incremento a 2°C —como se estableció en el Acuerdo de París— o al 1,5°C —como recomiendan los expertos para evitar eventos extremos—, los hallazgos apuntan a que el techo de emisiones se deberá alcanzar antes de 2025. “La forma en que nos movemos, la forma en que comemos, la forma en que generamos energía, todo debe cambiar”, afirmó Pete Smith, autor del IPCC, en una conferencia de prensa en la que se presentó el informe.

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Reducción de las emisiones de GEI

En la última década se ha emitido la mayor cantidad de GEI de la historia (59 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente, medida que contabiliza la emisión de todos los tipos de gases). Por eso, el tercer reporte del IPCC establece que, si se quiere cumplir con el objetivo de 1,5°C, las emisiones deben ser un 27% más bajas en 2030 y un 63% menores en 2050, teniendo como referencia lo registrado en 2019. En cuanto a la meta de 2°C, las reducciones deberán ser de 43% en 2030, y 84% en 2050.

Este nuevo documento también proporciona información sobre las reducciones que se tienen que hacer para los principales GEI de manera desagregada. En el caso del dióxido de carbono, las emisiones deberán alcanzar el cero neto –es decir, que se emita lo mismo que se absorbe– en 2050 para mantenernos por debajo del umbral crítico de 1,5°C. Mientras que, en el escenario de 2°C, la fecha límite es 2070. El metano, por otro lado, se debe reducir en aproximadamente un tercio. Aún así, indica el informe, esto implicaría superar el 1,5°C de temperatura medio global y volver a estar por debajo a finales del año 2100.

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Los cambios propuestos para el sector energía

En 2019, el sector energía fue uno de los responsables de la mayor cantidad de emisiones (39%) debido al uso prioritario que le da a los combustibles fósiles. Teniendo en cuenta esto, el informe remarca la necesidad de reducir el uso del carbón en un 100%, el del petróleo en un 60% y el del gas en un 70% hacia 2050 para cumplir con la meta del 1,5°C. Además, resalta la necesidad de “una electrificación generalizada, eficiencia energética mejorada y uso de combustibles alternativos (como el hidrógeno)”.

Estos cambios en la matriz energética cobran mayor relevancia en el panorama actual en el que el mundo se encuentra sumido en una crisis derivada de la invasión rusa a Ucrania. Este conflicto ha impulsado a que Gobiernos, como el peruano, concedan subsidios para la compra de carburantes o rebajen los impuestos. Sin embargo, esta medida es contraria a lo que indica la evidencia científica. De acuerdo con el informe, la eliminación de ayuda pública a estos combustibles generaría una reducción del 10% de las emisiones a nivel mundial para 2030.

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ES AHORA O NUNCA, SI QUEREMOS LIMITAR EL CALENTAMIENTO GLOBAL”, AFIRMÓ JIM SKEA.

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Los especialistas del IPCC entrevistados por OjoPúblico consideran que el panorama actual es ideal para iniciar la transformación en materia energética. Liliana Miranda, investigadora peruana que participó en el informe anterior, indicó que el subsidio anunciado por el presidente de Perú, Pedro Castillo, va en contra de lo que se está recomendando y no solamente perjudica al medioambiente, sino que no está dirigido a quiénes más lo necesitan.

“Este subsidio beneficia tanto a los transportistas, es decir, a la gente que más está afectada por la escasez y la crisis económica, como también a los que más [dinero] tienen, que usan hasta tres autos del año y a las propias empresas. No es un subsidio focalizado. En lugar de estar gastando nuestras divisas en tanto petróleo, lo que tendríamos que estar haciendo es cambiar nuestra matriz energética y fomentar las energías renovables”, explicó.

En esa línea, Roque Pedace, investigador argentino que participó en la elaboración del cuarto capítulo del nuevo informe, sostuvo que un cambio hacia energías sostenibles aumentaría la seguridad energética global, puesto que no se estaría dependiendo solo de algunos productores, como en el caso del petróleo. “Un país que depende poco de los fósiles se despreocupa en gran medida del precio de ese fósil en el mercado mundial. Se protege ante esas variaciones”, agregó.

Foto: Andina
El informe del IPCC plantea la necesidad de sustituir los combustibles fósiles por energías renovables.

El cambio hacia energías renovables constituye una de las principales medidas a adoptar para reducir las emisiones de manera drástica. Eduardo Calvo, copresidente del grupo de trabajo sobre Inventarios Nacionales de Efectos Invernaderos del IPCC, explicó a OjoPúblico que hay tres opciones viables para tornar hacia matrices energéticas menos contaminantes: uso de energías renovables, biocombustibles y energía nuclear.

Al respecto, el informe destaca la reducción en los costos de las renovables con respecto a 2010. Por ejemplo, la energía solar se redujo en un 85%, la eólica en un 55% y las baterías de iones de litio en un 85%. El documento señala, además, que la energía renovable brinda cuatro veces más reducciones de emisiones que la nueva energía nuclear. “Cada barril menos de petróleo que consumamos, estamos haciendo un favor a la economía, porque es menor dinero que se va del país, y que necesitamos para cosas verdaderamente importantes, como importar alimentos”, enfatizó Eduardo Calvo.

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El papel de las ciudades

El nuevo informe del IPCC hace énfasis en que las ciudades cumplen un rol importante en la mitigación, es decir, en la reducción de GEI. Alex Godoy, autor del capítulo 13, resalta la importancia de que los gobiernos locales adopten medidas que conecten diversos sectores. “La evidencia demuestra que lo que se requiere son paquetes de políticas que unan, por ejemplo, temas de cambio de comportamiento, ciudad y energía”, dijo a OjoPúblico.

El documento propone que las ciudades sean compactas y transitables, y que se utilice la naturaleza para absorber y almacenar el carbono. Liliana Miranda cuenta que esas medidas podrían verse reflejadas en la instalación de paneles solares en los edificios, plantación de árboles y la conservación de aquellos de copas grandes, además de la creación de ciclovías.

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LO QUE TENDRÍAMOS QUE ESTAR HACIENDO ES CAMBIAR NUESTRA MATRIZ ENERGÉTICA Y FOMENTAR LAS ENERGÍAS RENOVABLES”, INDICÓ LILIANA MIRANDA.

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La transformación del sistema de transporte implica que, para cumplir la meta de 1,5°C, las emisiones de dióxido de carbono en ese sector deben ser reducidas en un 59% en 2050. Para el objetivo de 2°C, mientras tanto, la disminución debe ser de un 29%. El informe señala que algunas de las medidas que se pueden adoptar para alcanzar dichos objetivos consisten en la electrificación del sistema de transporte y la construcción de áreas que favorezcan la movilización sostenible de las personas, ya sea a pie o con bicicletas.

Por último, el documento científico señala que se necesitan cambios en el sector industrial –el cual genera casi un cuarto (24%) de las emisiones a nivel global– para contribuir a la disminución de la temperatura media global. En materia de producción, aconseja usar de manera eficiente los materiales, priorizar materias primas libres de fósiles, reutilizar y reciclar productos, y minimizar los residuos.

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¿Qué pueden hacer los ciudadanos?

El informe también proporciona opciones para que los ciudadanos opten por estilos de vida menos contaminantes. Las medidas incluyen cambios en las dietas, el consumo y la movilidad. “Tener las políticas, la infraestructura y la tecnología adecuadas para permitir cambios en nuestros estilos de vida y comportamiento puede resultar en una reducción del 40-70% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050”, dijo Priyadarshi Shukla, copresidente del Grupo de Trabajo III.

El investigador Roque Pedace remarca que es necesario implementar un cambio en los patrones de consumo, especialmente, en la dieta diaria para contribuir a la reducción de emisiones de GEI y la liberación de superficie que podría servir para captar carbono y almacenarlo en el suelo. “La dieta mundial todavía está dependiendo en gran medida de la producción de carnes y, dentro de las carnes, aquellas que implican mayor emisión por kilo de producto”, señaló.

Foto: Andina
El sector productivo deberá reducir el uso de materiales derivados de productos fósiles, como el plástico.

Asimismo, Liliana Miranda recomienda disminuir el uso de productos derivados del petróleo como el plástico, pues, además de contribuir a la emisión de gases, tiene consecuencias negativas para la salud. “Debemos eliminar todo rastro de petróleo en nuestra vida cotidiana. No más plásticos y no más ropa que viene del plástico, que ya encontraron hasta en la sangre. Tenemos que salir de esta adicción por los combustibles fósiles”, dijo.

Finalmente, una práctica de responsabilidad ciudadana clave para la implementación de los cambios es exigir a las autoridades que los proyectos —de infraestructura, por ejemplo— se alineen con el objetivo de emitir menos cantidades de GEI. Las decisiones de las autoridades son clave porque, como explicó Alex Godoy, las acciones individuales deben ser complementadas por aproximaciones sistémicas. El especialista señala que los cambios en los hábitos de vida que optan por caminar más o usar la bicicleta, por ejemplo, tienen que estar acompañados de el desarrollo de ciudades que favorezcan ese comportamiento.

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#PA. OjoPúblico.

16 de abril del 2022.
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