Crearon el primer largometraje sobre naturaleza, conservación y vida salvaje en Argentina, con el objetivo de visibilizar la biodiversidad única que ofrece el país. Uno de los paisajes destacados de Argentina Salvaje son las Cataratas del Iguazú, así como las especies animales que habitan Misiones.

El trabajo fue desarrollado por el equipo de Jumara Films, en conjunto con la productora alemana Light & Shadow. Además, el proyecto contó con la colaboración especial de National Geographic Internacional, que facilitó material para el desarrollo del audiovisual.

Es la primera película sobre naturaleza autóctona, que causó revuelo en el mundo del cine. Juan María Raggio, productor y presidente de Aves Argentina, sostuvo que “lo movió” la idea de dejar un valor agregado al film en el que ya trabajaban, con la mezcla de contenido local y novedoso para mostrar a la gente.

“La conservación es parte del conocimiento”, es el slogan de Jumara Films, que los representa desde hace más de una década. De acuerdo a lo que sus representantes indicaron, es el resultado de la unión entre la pasión audiovisual y el sueño de visibilizar el trabajo latinoamericano, junto con su fauna y ambiente.

En ese sentido, este proyecto busca mostrar las 18 ecorregiones y millones de rincones naturales sin precedentes en los que se desenvuelven diversas historias. Cabe destacar que el film cuenta con la dirección de Christian Baumeinster y la narración del actor Chino Darín.

Las Cataratas del Iguazú son el escenario elegido por la producción para representar a la ecorregión selva paranaense. Vencejos, monos y coatíes son algunos de los animales que despliegan todo su encanto a través del documental.

Esta área alberga el 52% de la biodiversidad de Argentina con más de 150 especies de mamíferos; 564 especies de aves; 260 especies de peces de agua dulce; 116 especies de reptiles; 68 especies de anfibios; y miles de especies de plantas y hongos. Debido a los altos niveles de diversidad biológica y sus numerosas especies específicas de la región, se clasifica como un punto caliente de la biodiversidad.