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La Amazonía brasileña registró 2.287 incendios forestales en mayo, el mayor número para este mes en los últimos 18 años, informó este miércoles el estatal Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).
El número de focos de calor medido por los satélites del INPE en mayo superó en un 96 % el del mismo período del año pasado (1.166) y no era tan elevado para este mes desde 2004, cuando fueron contabilizados 3.131 incendios forestales en la parte brasileña de la mayor selva tropical del mundo.
De acuerdo con el INPE, con el salto de los incendios en mayo, el número de focos de calor en los cinco primeros meses de 2022 subió hasta 4.971, lo que significa un crecimiento del 22 % frente al mismo período de 2021.
El aumento de los incendios coincidió con el inicio de la estación de sequía en la mayoría del territorio brasileño, en el que la reducción de las precipitaciones deja la vegetación seca, lo que facilita la propagación de los incendios, principalmente en la Amazonía y en el Cerrado (Sabana brasileña).
El aumento de la destrucción del considerado pulmón vegetal del mundo también coincidió con el inicio del período en que los agricultores acostumbran provocar incendios en sus tierras para limpiar las áreas de cultivo, pese a que el fuego termina expandiéndose sin control a áreas forestales.
La tendencia es que la situación se agrave en los próximos meses y que el número de incendios forestales vuelva a subir en 2022 tras la tregua de 2021, cuando el número de focos de llamas se redujo en un 37 % frente a los de 2020.
Los 103.161 incendios registrados en la Amazonía en 2020 destruyeron un área en un 15,6 % superior a la de 2019, cuando las imágenes de los frentes de fuego avanzando por la mayor selva tropical del mundo dieron la vuelta al mundo y provocaron conmoción en numerosos países.
Además de los incendios, en los últimos meses también viene creciendo el área desforestada en la Amazonía.
De acuerdo con los datos del INPE, las alertas de deforestación en la Amazonía alcanzaron un nuevo récord mensual en abril, con 1.013 kilómetros cuadrados de selva talados, lo que supone un salto del 74,6 % con respecto al mismo mes del año pasado y el nivel más alto para abril desde 2016.
Entre enero y abril el INPE emitió alertas de deforestación para 1.954 kilómetros cuadrados en el mayor bosque tropical del mundo, que corresponde a cerca del 60 % del territorio brasileño, con récords en tres de los cuatro primeros meses del año.
Las organizaciones ecologistas atribuyen el salto de los incendios y de la deforestación en Brasil a las políticas del actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, un defensor de la explotación económica de la Amazonía.
«El récord de incendios en Brasil en mayo fue resultado de la política del actual Gobierno. Se trata de un desastre ambiental sin precedentes, que puede agravarse si el Congreso insiste en aprobar medidas del Ejecutivo que debilitan aún más la preservación del medioambiente», afirmó este miércoles el director ejecutivo de WWF para Brasil, Mauricio Voivodic.
Bolsonaro, que aspira a ser reelegido en octubre, se ha caracterizado por su retórica antiecologista y por defender la explotación de los recursos naturales del ecosistema, incluso en las reservas indígenas, y ha flexibilizado la legislación ambiental desde que llegó al poder en 2019.
Los datos oficiales muestran que, entre agosto de 2020 y julio de 2021, la Amazonía brasileña perdió 13.235 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor área degradada para un período de doce meses registrada en los últimos quince años.
#PA. EFE.
04 de junio de 2022.