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Es el Mamífero más grande de los bosques de América del Sur. Llegando a pesar entre 200 y 300 kg, es herbívoro, grande y robusto, tienen muy desarrollado los sentidos del olfato y del oído. No existe característica que diferencie a los sexos. Habitan la selva paranaense, es un animal solitario, excepto en época de apareamiento. Es una especie perseguida por el hombre por su carne, sumado a ello la reducción del hábitat definió su situación Nacional actual, como «en peligro de extinción».
Los tapires suelen ser conocidos como arquitectos del bosque, debido a que se alimentan de plantas y frutas y son importantes dispersores de semillas gracias a las grandes distancias que recorre moviéndose entre tres y cuatro kilómetros por noche defecando mientras caminan. Las semillas abonadas por sus excrementos germina y esto permite que árboles y plantas crezcan en diferentes lugares. En medio silvestre pueden vivir cerca de 20 años, pero se reproducen muy lentamente. Tienen una sola cría por parto y la gestación dura 13 meses, por lo cual solo logran parir cada dos años, ya sea en su ecosistema natural o en cautiverio.
Un nuevo estudio ha descubierto que los tapires pasan más tiempo en los bosques degradados que en la selva. Los resultados indican que los tapires podrían ayudar a que los bosques afectados por los humanos se recuperen y vuelvan a crecer.
Se estima que solo hasta la década del ‘40 hubo tapires viviendo en libertad. Desde entonces, la especie crecio su tasa de mortalidad en toda el NOA y el NEA, como consecuencia de la caza ilegal y el avance de la frontera agrícola e inmobiliaria. A la destrucción de su hábitat, se suma la baja tasa de natalidad de los tapires. En la Argentina, esta especie se considera en peligro de extinción y se calcula que sufrió un 60 % de retracción en su área de distribución histórica, el NOA y el NEA.