El calentamiento global ocupa el centro de atención mundial desde las últimas décadas. La comunidad científica internacional alcanzó el consenso de que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono (CO2) generado por las industrias y tecnologías contaminantes humanas, está contribuyendo al calentamiento de la Tierra. El fenómeno tiene graves consecuencias para los ecosistemas y la vida en el planeta, y se constata en las sucesivas olas de calor extremas y aumento de las temperaturas promedio del aire y los océanos, el derretimiento generalizado de nieve y hielo, y el incremento del nivel del mar.

Las conclusiones más aceptadas surgen de los estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), que fue creado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 1988. Las conclusiones, que sintetiza los aportes científicos más relevantes en la materia, apuntan que la concentración atmosférica global de CO2 subió desde un valor de aproximadamente 280 partes por millón en la era preindustrial a 379 partes por millón en 2005, lo que superó la evolución natural de los últimos 650.000 años.

Además, se corroboró que once de los últimos doce años (de 1995 a 2006) se encuentran entre los doce más cálidos de los incluidos en el registro global de temperaturas terrestres que se realiza desde 1850.

En marzo de este año, uno de los últimos informes del IPCC advirtió que el calentamiento global en este siglo está en camino de superar el límite acordado de 1,5˚C en la comunidad internacional si no se aplican reducciones drásticas e inmediatas de las emisiones de gases de efecto invernadero y la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Incluso, señala que ese límite podría superarse antes de 2035, lo que agravaría los daños ya causados y “pérdidas cada vez más irreversibles”.

Sin embargo, y a pesar de la evidencia científica, hay dirigentes políticos de pensamiento conservador que niegan la agenda del cambio climático, como el ex presidente norteamericano Donald Trump o el brasileño Jair Bolsonaro. El candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, integra esa lista. En una de sus primeras declaraciones sobre el tema, el economista libertario dio una entrevista en 2021 en la que expresó su escepticismo sobre el calentamiento global y acusó al “socialismo” y al “marxismo cultural” de impulsar las políticas que atiendan a dicha problemática.

¿Qué piensa Milei?

“Nada, es otra de las mentiras del socialismo. Hay toda una agenda de marxismo cultural”, comenzó con su exposición Javier Milei, ante la pregunta del youtuber Julián Serrano, durante un reportaje realizado durante 2021.

El electo presidente este 19 de noviembre opinó que los científicos cambian sus predicciones y teorías para predecir el fenómeno climático, y sugirió que estos cálculos están manipulados. “Hace 10 o 15 años se discutía que el planeta se iba a congelar, ahora discuten que se calienta. ¡Dale, loco! Aquellos que conocen cómo se hacen esas simulaciones, las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros a propósito para generar un miedo más acá en el tiempo”, apuntó.

En ese intercambio, Milei incluso compartió una experiencia para ratificar su creencia de que las proyecciones e indicadores que predicen un cambio climático acelerado están adulterados: “En algún momento me tocó trabajar con algunos ecologistas, y cuando vi lo que se trataba, era una fantochada en cómo jodían con las calibraciones. Como le decían en el Estado ‘así va a estar dentro de cinco mil años, no, no, (hay que cambiarlo porque) nadie se va a calentar’. Entonces le decía ‘cambia el parámetro para que diga que sea en 100 años”.

Infobae